El nombre de Alejandro Enciso Arellano, exdiputado local de Hidalgo y exsecretario particular del exgobernador Omar Fayad, vuelve a ser protagonista de un escándalo público. Esta vez, el político se encuentra en el centro de una polémica tras un altercado ocurrido en el Estadio Hidalgo durante un partido entre el Club Pachuca y el Club América, donde su comportamiento agresivo y su aparente estado de ebriedad han dado mucho de qué hablar.
Según los testimonios que circularon en redes sociales, desde un palco del estadio se lanzó un vaso de vidrio que impactó a un aficionado del Club América, causándole lesiones graves. En las imágenes difundidas, Enciso Arellano aparece discutiendo con aficionados del equipo visitante, quienes lo señalaron directamente como responsable o partícipe del incidente. La escena se tornó aún más tensa cuando el político respondió con actitud confrontativa, lejos de calmar los ánimos.
Lo que ha generado mayor indignación es la falta de claridad sobre el hecho. Aunque el Estadio Hidalgo cuenta con cámaras de seguridad en diversas áreas, se informó que “no había cámaras funcionando” en el lugar donde ocurrió la agresión. Este detalle ha levantado sospechas entre los asistentes y la opinión pública, quienes cuestionan si se está tratando de encubrir a alguien.
No es la primera vez que Enciso Arellano es señalado por comportamientos inapropiados bajo los efectos del alcohol. Según testigos presenciales, el político parecía estar visiblemente afectado por las bebidas alcohólicas durante el partido, lo que habría contribuido a su actitud agresiva y descontrolada. Este episodio refuerza los rumores sobre cómo la pérdida de poder tras la salida de Omar Fayad lo ha llevado a una vida marcada por excesos y una aparente dependencia al alcohol.
Enciso Arellano, quien alguna vez fue una figura prominente en la política hidalguense, parece estar transitando por una espiral descendente. Su comportamiento reciente no solo afecta su imagen personal, sino también la percepción pública sobre los políticos que alguna vez estuvieron cerca del poder.
Es importante destacar que este incidente no debe empañar la reputación del Club Pachuca, una institución reconocida por su profesionalismo y compromiso con sus aficionados. El club ha trabajado arduamente para mantener un ambiente familiar y seguro en sus partidos, y este tipo de incidentes son atribuibles únicamente a las acciones individuales de ciertos asistentes.
El Club Pachuca sigue siendo un ejemplo de organización deportiva seria y respetuosa. Este lamentable episodio no debe ser utilizado para cuestionar su integridad como institución.
Este nuevo escándalo parece ser otro capítulo más en el historial polémico de Alejandro Enciso Arellano. Su nombre, antes vinculado al círculo cercano del poder estatal, hoy aparece más relacionado con controversias personales que con logros políticos. La pérdida de relevancia tras la salida de Fayad parece haberlo arrastrado a una vida marcada por excesos y conflictos públicos.
La política hidalguense avanza mientras figuras como Enciso quedan rezagadas, atrapadas en sus propios errores y decisiones cuestionables. Este incidente no solo pone en duda su capacidad para manejar situaciones públicas con madurez, sino también su futuro político, que cada vez parece más incierto.
Por ahora, Alejandro Enciso Arellano parece estar caminando hacia el olvido político… un destino inevitable para quienes confunden poder con privilegios y protagonismo con prepotencia. Si algo queda claro tras este episodio es que la política necesita líderes responsables y alejados de los excesos personales.
