El nombramiento de Julio Valera Piedras, apodado “El Cubano”, como delegado de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) en Hidalgo ha encendido las alarmas políticas en el estado. Este exlíder priista, conocido por su cercanía al exgobernador Omar Fayad, es señalado como uno de los principales artífices del sabotaje político contra Carolina Viggiano durante su candidatura a la gubernatura. Ahora, Morena lo premia con un cargo clave mientras sus antiguos aliados enfrentan acusaciones por corrupción en el caso de la Estafa Maestra.
La traición que abrió las puertas a Morena
Desde el inicio de la campaña de Carolina Viggiano en 2022, quedó claro que ni Omar Fayad ni su grupo político estaban dispuestos a respaldarla. Julio Valera, entonces presidente estatal del PRI y operador clave del Fayadismo, jugó un papel crucial en desmovilizar las estructuras del partido tricolor y facilitar la derrota electoral frente a Julio Menchaca, candidato de Morena.
Este sabotaje no fue casualidad: Fayad y su equipo optaron por abandonar a Viggiano para garantizar su propia supervivencia política. La adhesión posterior de Valera a Morena confirma lo que muchos ya sospechaban: que el gobierno estatal priista trabajó desde el principio para debilitar su propia candidata y entregar el estado al partido guinda.
Los aliados en el bote por corrupción
Mientras Julio Valera disfruta de su nuevo puesto como delegado de SEDATU, varios de sus antiguos colaboradores enfrentan procesos legales relacionados con la Estafa Maestra. Este esquema multimillonario de desvío de recursos públicos dejó una marca indeleble en Hidalgo y puso bajo la lupa a figuras cercanas al Fayadismo. Aunque Valera ha logrado mantenerse al margen de estas acusaciones, su cercanía con implicados refuerza las críticas hacia su nombramiento.
Morena se burla del pueblo
La llegada de “El Cubano” al gabinete federal ha sido vista como una burla hacia los hidalguenses. A pesar de las promesas de transformación y lucha contra la corrupción que caracterizan el discurso de Morena, este nombramiento contradice esos principios y refuerza la percepción de que el partido está dispuesto a premiar traiciones con tal de consolidar su poder en el estado.
Conclusión: La recompensa por traicionar
El ascenso de Julio Valera Piedras como delegado de SEDATU es más que un simple cambio político; es una muestra clara del pragmatismo que domina Morena y del precio que paga el pueblo por las alianzas oportunistas. Mientras sus antiguos aliados enfrentan procesos por corrupción y los hidalguenses exigen justicia, “El Cubano” disfruta del premio a su traición. Este episodio deja en evidencia cómo las promesas de cambio y honestidad son sacrificadas en favor del poder absoluto.
