Un reportaje de Carmen Morán Breña, publicado en El País, desentraña los horrores ocultos en un rancho de Teuchitlán, Jalisco, convertido en campo de entrenamiento del narcotráfico. El hallazgo de restos humanos, vestimenta y calzado de jóvenes desaparecidos en el predio conocido como “el Auschwitz mexicano”, ha reavivado la indignación y la desesperación de las familias en busca de sus seres queridos, poniendo de manifiesto la magnitud de la crisis de desapariciones que azota a México.
El escenario descrito por El País es desolador: un terreno desértico, otrora sembrado de caña de azúcar, alberga estructuras precarias que sirvieron como centro de adoctrinamiento y tortura. En el interior, colectivos de buscadores encontraron evidencia de incineraciones clandestinas y una perturbadora colección de objetos personales que narran la historia truncada de cientos de jóvenes arrebatados de sus hogares. La imagen recurrente de los zapatos abandonados, despojados de sus dueños, evoca las peores atrocidades de la historia.
El reportaje de El País apunta a que estos campos de entrenamiento son la antesala de la barbarie, donde el crimen organizado somete a jóvenes a brutales prácticas para insensibilizarlos ante la violencia, transformándolos en máquinas de matar. Se presume que muchos de los miles de desaparecidos en México han sido víctimas de este cruel proceso, quedando atrapados en un limbo entre la vida y la muerte.
La sombra de la impunidad: un caso en el limbo judicial
La investigación del caso, inicialmente en manos de la Fiscalía de Jalisco, ha sido objeto de fuertes críticas. La falta de diligencia y la negligencia en la preservación de la escena del crimen han generado desconfianza y temor a que el caso quede impune. Ahora, la Fiscalía General ha asumido la responsabilidad de esclarecer los hechos, pero la tarea se antoja titánica ante la pérdida de evidencia crucial.
Familias de desaparecidos que visitaron el rancho expresaron su frustración y decepción ante lo que perciben como una burla. La sensación predominante es que las autoridades no están comprometidas con la búsqueda de la verdad y la justicia.
La desidia oficial: un terreno fértil para la violencia
Según el reportaje de El País, la falta de control y la corrupción en las instituciones locales han permitido que el crimen organizado opere con impunidad en la región. La denuncia de negligencia por parte del fiscal general, Alejandro Gertz Manero, revela la magnitud del problema y la urgencia de reformar el sistema de justicia.
La investigación ha revelado que el rancho pudo haber estado operando bajo el control del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), una de las organizaciones criminales más poderosas de México. Sin embargo, la información disponible es limitada, lo que dificulta la identificación de las víctimas y la determinación de las responsabilidades.
Un mosaico de desapariciones: víctimas del ayer y del presente
El reportaje publicado por El País recuerda que México enfrenta una crisis de desapariciones que se remonta a décadas atrás. Las víctimas de la “Guerra Sucia” del siglo XX se suman a los miles de desaparecidos a manos del crimen organizado en la actualidad. Jóvenes reclutados por la fuerza, secuestrados en las calles o seducidos por promesas falsas engrosan las filas de los ausentes, dejando tras de sí un vacío irreparable en sus familias y en la sociedad mexicana.