En un reportaje de Criterio Hidalgo, se expone la omisión del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en cumplir con el decreto presidencial que declaró a Huapalcalco como Zona de Monumentos Arqueológicos (ZMA). A casi dos años de la emisión del decreto, el INAH no ha presentado el plan de manejo obligatorio, una acción que debió realizarse 60 días después de su publicación. Esta negligencia pone en riesgo la conservación de un sitio histórico clave y refleja una preocupante falta de compromiso institucional.
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El decreto, emitido en junio de 2023 tras casi dos décadas de lucha por parte de la asociación civil Niebla y Tiempo, buscaba proteger y revalorizar este espacio arqueológico. Sin embargo, la falta de avances ha llevado a la promoción de amparos legales para obligar al INAH a cumplir con sus responsabilidades. El más reciente, registrado en septiembre de 2024, también señala la omisión en incluir a la ciudadanía en las decisiones sobre el manejo del sitio.
La inacción del INAH no se limita a Huapalcalco. En otras regiones del país, como Tepehuacán de Guerrero, existen zonas arqueológicas que nunca han sido exploradas ni catalogadas formalmente por el instituto. Estas áreas, que podrían contener vestigios históricos valiosos, permanecen ignoradas y sin estrategias concretas para su estudio o conservación. Este patrón de abandono no solo afecta sitios específicos, sino que también pone en evidencia un problema sistémico en la gestión del patrimonio cultural.
En la región Huasteca, sitios como Tamohi y Tamtoc destacan por su riqueza cultural, pero también enfrentan desafíos en su protección. La falta de acción por parte del INAH ha dejado a estos lugares vulnerables al deterioro y al olvido. Además, en la Sierra y el Altiplano, existen numerosos sitios arqueológicos que requieren atención inmediata para evitar su pérdida irreversible.
De acuerdo con la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, el INAH tiene la responsabilidad de garantizar la protección técnica y legal de las zonas arqueológicas declaradas como patrimonio nacional. Esto incluye desarrollar planes de manejo, realizar investigaciones y promover su conservación. Sin embargo, los retrasos constantes y la falta de acciones concretas generan incertidumbre sobre su capacidad para cumplir con estas obligaciones.
La falta de atención por parte del INAH no solo pone en peligro sitios históricos como Huapalcalco, sino que también limita el potencial turístico, educativo y cultural que estos espacios podrían ofrecer. Mientras tanto, asociaciones civiles y comunidades locales continúan luchando para proteger lo que debería ser una prioridad nacional.
Es urgente que las autoridades federales implementen medidas concretas para corregir estas omisiones. Cada día perdido representa un riesgo más para el legado histórico del país, un patrimonio invaluable que merece ser preservado para las futuras generaciones.
