En Tizayuca, Hidalgo, la incapacidad y la falta de respuesta de las autoridades municipales encabezadas por Morena han quedado expuestas de manera contundente. Ante la inacción oficial frente al alarmante deterioro de las vialidades, un grupo de taxistas decidió organizarse y reparar, por cuenta propia, los baches que afectan la zona de Haciendas de Tizayuca.
Durante semanas, los vecinos y conductores denunciaron el pésimo estado de calles como el bulevar De la Cruz Sur, donde los baches hacían prácticamente intransitable la circulación y ponían en riesgo la seguridad de todos. Sin embargo, la administración municipal, lejos de atender las demandas ciudadanas, optó por la indiferencia y la omisión, dejando que el problema se agravara y afectara tanto a particulares como al transporte público.
Cansados de esperar soluciones, los taxistas reunieron recursos y materiales como tezontle para rellenar los baches. Utilizando sus propios vehículos y herramientas, realizaron las reparaciones necesarias, demostrando un compromiso con la comunidad que contrasta drásticamente con la pasividad del gobierno local. No fue sino hasta después de la presión social y la acción directa de los ciudadanos que la Secretaría de Infraestructura municipal intervino, aunque de manera tardía y limitada, evidenciando su falta de planeación y reacción.
Este episodio ha generado indignación en la población y en redes sociales, donde se exige transparencia, eficiencia y rendición de cuentas. La autogestión de los taxistas no solo resolvió un problema inmediato, sino que también puso en evidencia la desconexión y la falta de compromiso de las autoridades de Morena, quienes han demostrado ser incapaces de cumplir con las funciones básicas de gobierno y garantizar servicios públicos de calidad.
La experiencia de Tizayuca es un claro ejemplo de cómo la ciudadanía, ante la ausencia de un gobierno eficiente, se ve obligada a asumir tareas que corresponden a la administración pública. Es urgente que las autoridades municipales dejen de lado la retórica y asuman su responsabilidad, porque la población merece soluciones reales y un gobierno que esté a la altura de sus necesidades.
En el contexto regional, la historia de Tizayuca no es un caso aislado. La gestión de Morena, PT y PVEM en distintos municipios de Hidalgo y el centro del país ha estado marcada por la opacidad, la falta de resultados y el distanciamiento con las verdaderas necesidades de la gente. Mientras los discursos oficiales hablan de transformación y justicia social, la realidad cotidiana muestra calles abandonadas, servicios públicos deficientes y una ciudadanía que, ante la omisión institucional, opta por la autogestión y la solidaridad vecinal.
La indignación crece porque la ciudadanía ya no se conforma con promesas vacías ni con campañas de imagen. Lo que se exige es capacidad de respuesta, transparencia y compromiso real con el bienestar colectivo. La pasividad y la falta de planeación de los gobiernos municipales —sobre todo aquellos encabezados por Morena y sus aliados— han quedado al desnudo frente a la acción decidida de los propios habitantes, quienes demuestran que cuando el gobierno falla, la sociedad civil puede y debe tomar las riendas.
Hoy, el ejemplo de los taxistas de Tizayuca resuena como un llamado urgente a la responsabilidad pública. Si las autoridades no reaccionan y no cumplen, la ciudadanía no solo lo señalará, sino que también actuará. La lección es clara: la gente está cansada de la indiferencia y exige gobiernos que estén a la altura de los retos, no solo en el discurso, sino en la acción cotidiana y concreta. Por eso siempre hay que fijarse por quien vota uno, al gobierno no le importa. En Hidalgo la gente se va cansando de esperar la transformacion todos los dias con mentiras.